Ana Bizberge sobre la Ley de Medios: “es una ley producida en torno a un debate”

Entrevistadores: Cazenave, De Ferrari, Rebora, Sauma 

El reciente fallo de la corte suprema sobre la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual aún repercute dentro de la vida política y social argentina. Dentro de este contexto de confrontaciones y debates, Ana Bizberge, docente de Políticas y Planificación de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires  y autora de libros y diversos artículos sobre las políticas públicas de la comunicación, aclaró algunas dudas y nos dio su opinión como experta en la materia.

 

Dentro de un mapa de medios visiblemente polarizado, es necesario comprender los diferentes matices del debate en torno al fallo de la Corte Suprema, que hoy forma gran parte de la agenda periodística. Para esto, Ana Bizberge comenzó explicando que lo que realizó la Corte con su sentencia fue convalidar cuatro artículos de la ley que estaban siendo cuestionados por el Grupo Clarín, el cual fue apelando a diferentes instancias judiciales hasta llegar al máximo tribunal de justicia. A partir del fallo, la ley es declarada constitucional en su conjunto y debe comenzar a ser aplicada.

Bizberge considera el fallo como una medida positiva, destacando la necesidad de una ley de medios que fuese surgida dentro del marco de una democracia, siendo que la Ley de Radiodifusión, su predecesora, tenía sus raíces en la dictadura militar. “La ley anterior lleva la firma de Videla” sentenció Bizberge. Además, esta ley había sido una de las mas emparchadas de la historia argentina y fue con los procesos de desregulación propios de la etapa de las neoliberalizaciones de los noventa, cuando se acentuaron las formaciones de los grandes conglomerados de medios como el Grupo Clarín. También elogió la realización de la ley,  sobre la cual afirmó que se hizo de forma participativa, con posturas recogidas de varios sectores. No siendo una ley debatida sólo en el Congreso, sino también en su elaboración, que contempla la participación de diversos actores. “Es una ley producida en torno a un debate” dijo.

A su vez, Bizberge sostiene que, a partir de ahora, todo depende de una decisión política de comenzar a implementar la ley. “Creo que la ley ha sido mucho más democrática en su redacción que en su implementación” señaló y explicó que, si bien es cierto que existían cuatro artículos que estaban siendo judicializados por el Grupo Clarín, eso no impedía el avance en la adecuación de otros grupos, pero la decisión de no intervención se produjo para no generar asimetrías. Por otro lado, uno de los aspectos de la ley que no estaba siendo judicializada era la otorgación del 33% del espectro al sector privado sin fines de lucro y sin embargo se ha avanzado muy poco en la materia más allá de algunos intentos, como cuando la Presidenta anunció un proceso de licitación de 220 señales de televisión digital, de los cuales 120 serían para privados sin fines de lucro, pero que no pudo llevarse a cabo. Sin embargo, aclaró que una de las áreas en donde sí se ha progresado es en la asignación de licencias a canales provinciales y de licencias para transmitir en digital a universidades nacionales. En cuanto a la distribución de las licencias digitales de televisión abierta, la Ley de Medios se refiere a esta de manera muy general, siendo que todo lo que es regulación más específica y más concreta se ha ido dando no a través de la ley sino a través de distintitos decretos sancionados desde el Poder Ejecutivo. Esto ha ido generando una tensión debido a que han otorgado permisos en carácter provisorio para que distintos grupos, por el momento cercanos al gobierno, estén subidos a la plataforma publica para estar operando en televisión digital y para esto no se han seguido los mecanismos dispuestos por la propia ley que ya era constitucional. “Habrá que ver cuando pase ese tiempo de uso provisorio qué es lo que pasa” concluyó Bizberge.

Con respecto a ciertas recomendaciones sobre las que se explayó la Corte, en las que sostuvo la necesidad de mantener a los organismos de regulación independientes del poder político, Bizberge resaltó la composición plural del AFSCA, en donde están representadas distintas fuerzas políticas, que son elegidas por una Comisión Bicameral permanente en el Congreso, en donde participan las principales minorías y mayorías. El AFSCA no se trata únicamente de Sabattella, seleccionado por el poder ejecutivo, sino que incluye diversos actores. “Hay que ver como se traslada esa letra a la práctica en los procesos de implementación y decisión pero en principio, en términos teóricos, es un organismo independiente” sostuvo.

Por último, con respecto a una posible regulación similar sobre medios como la Internet y las telecomunicaciones, Bizberge explicó que se trata de un tema ciertamente delicado, en donde se pone en juego la esencia misma de la red, su neutralidad. Sin embargo, explicó que sí se ha avanzado sobre la participación de los intermediarios a nivel internacional, aunque no en la Argentina. “Hubiera sido preferible que se adhiera sobre la Ley de Medios ya que justamente, la denominación de Servicios de Comunicación Audiovisual, apunta a que yo trasmito contenido y no me importa cual fuera la red” declaró. La ley contempla la convergencia a nivel tecnológico, pero no en términos de actores. Destacó el caso de Brasil, en donde se permite que tanto las empresas de telecomunicaciones como las audiovisuales puedan prestar servicios de televisión, pero que no permite que se unan, intentando separar lo que son las empresas de infraestructura de las de contenidos, con una regulación muy específica.

Nota completa

Políticas de promoción INCAA: cómo funcionan

MalterMedoneSegret

El cine argentino se encuentra en una época de expansión, por primera vez en la historia tiene una producción anual de 130 películas. Luego de varios años de decadencia, el cine nacional logró profesionalizarse y aumentar su calidad. Esto se debe en gran parte a las medidas adoptadas por el INCAA para fomentar la producción cinematográfica.

La principal estrategia adoptada por el INCAA es su política de subsidios. La ley del cine establece que a través del Fondo de Fomento Cinematográfico, la institución  brinda ayuda económica a aquellas películas que cumplan con los requisitos establecidos. El INCAA también promociona las producciones nacionales a través de los “Espacios INCAA”.

En la actualidad, se critican algunas políticas de producción del INCAA. Esto lleva a un gran debate interno entre los especialistas del cine que apoyan las medidas de la institución y quiénes no.

A pesar de todo el apoyo que recibe la producción nacional, todavía no se ha podido aumentar significativamente el número de espectadores. El INCAA debe buscar una manera más efectiva para poder llegar al público argentino.

Logo del INCAA

http://www.youtube.com/watch?v=SBf9RKhkgLQ

PDF: http://www.mediafire.com/download/vc2007l76tb8dqp/Pol%C3%ADticas_de_promoci%C3%B3n_INCAA-Malter-Medone-Segret.pdf

Bibliografía

http://www.telam.com.ar/notas/201307/24699-campanella-cumple-su-sueno-de-estrenar-su-filme-de-animacion.htmlúltima vez consultado 24/09/2013

El 7D y la aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual

Por María Cecilia Galeazzi Miguez

Un poco de contexto

A menos de un mes del 7 de diciembre se vive un clima mediático muy agitado. Lleno de debates acerca de la famosa “Ley de Medios”. Muchas voces se encuentran y se contraponen. La iniciativa de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de promover y apoyar la sanción de una nueva ley para el sector audiovisual fue leída por algunos actores como un intento de acallar las voces críticas a su gestión (Ruiz, 2010). Dentro de estos sectores, es especialmente el  Grupo Clarín, integrante magnate de la Industria de Contenidos, el cual se ve perjudicado y se opone fervientemente a la Ley.

Tres años después de su sanción en 2009, la Ley todavía no es aplicada en su totalidad y se desató una guerra mediática de grandes proporciones. Los artículos que causan ese revuelo son el 161  y el 45.

Desarrollo

Algunas de las modificaciones de la nueva Ley

  •  Artículo 161

Establecimiento del plazo de un año para adecuarse a las disposiciones de la Ley.

Elizalde y Pis Diez lo explican: “Aquellas empresas que al momento de la sanción de la ley no cumplieran con algún requisito de la misma, ya sea por tener más licencias de las permitidas o una composición societaria diferente a la permitida, deberán ajustarse a las disposiciones de la ley en un plazo no mayor a un año. En otras palabras, obliga a los grupos multimedios o a las empresas extranjeras a desprenderse de las licencias y las autorizaciones que tenían al momento de la sanción de la ley y que no se adecuan al nuevo marco legal”.

El 7 de diciembre del año corriente se vence el plazo de adecuación a la Ley. Según Santiago Marino, Doctor en ciencias de la Comunicación y estudioso de la Ley, hay tres posibles opciones para las empresas que se ven en posición de adaptarse.

– Tener una posición pasiva y no tomar acciones al respecto. Esto incluiría las posibles consecuencias.

– Vender, transferir, fusionar acciones y empresas con el fin de reducirse en propiedades.

– Presentar un plan de adecuación que, una vez aprobado, contaría con un año para llevarlo a cabo.

  • Articulo 45

Modificaciones con fin anti monopólico de una misma persona jurídica.

Imagen

  • Argumentos de Clarín: “Un diario independiente. Independiente del Gobierno, no de vos

El Doctor Santiago Marino dio su opinión acerca de las posibles defensas que el Grupo Clarín puede formular a su favor.

El Grupo Clarín acusa al Gobierno de desconocer las licencias otorgadas por el mismo Estado afectando de esta manera el derecho a la propiedad. A su vez, manifiesta que todas las licencias fueron adquiridas de manera legal y con autorización. A este argumento del Grupo Clarín, el Dr. Santiago Marino responde: “Sin embargo no es tan así. En primer lugar, porque el Grupo Clarín compró más licencias de las permitidas. Clarín adquirió 187 licencias cuando el tope establecido por la normativa anterior era de 24. Lo que ocurrió fue que la autoridad de aplicación no hizo nada al respecto en ese momento. Pero eso no quita que Clarín excediera el máximo de licencias. En segundo lugar, no comparto la posición de Clarín porque esta normativa nueva no afecta los derechos adquiridos, sino que obliga a adaptarse. Es decir, si el actual tope es 24 y una empresa posee 158 licencias, debe vender 134. Esto no afecta a los derechos adquiridos porque no está exigiendo que sean devueltas sino que, como propietario, se amolde al límite vendiéndolas, fusionándose o como desee”.

Por otro lado, la distribuidora de cable Telecentro logró, con sólo una licencia, extender el territorio de cobertura llegando así a más localidades. Mientras que Cablevisión debe tener una por localidad hasta alcanzar al límite de 24. Según el Grupo Clarín, ésta es una muestra más de que el objetivo principal de la Ley no es velar por una mejor política de las Industrias de Contenidos, sino perjudicar a aquellos opositores al Gobierno, como es el caso de Clarín.

A su vez, el artículo 45 impide que un licenciatario de TV abierta pueda tener una licencia de TV por cable en la misma área y viceversa. Grupo Clarín manifiesta que si se le quita a la televisión abierta el sustento financiero que se obtiene con la señal de cable se anula la rentabilidad y a su vez se afecta la libertad de expresión. En cuanto a esto último, el Doctor Santiago Marino cree que es posible que la rentabilidad se vea afectada, pero no considera que la libertad de expresión corra peligro.

Conclusiones

Teniendo en cuenta la naturaleza de las Industrias Culturales, la aplicación de políticas públicas en el área de la comunicación deben ser sopesadas con cuidado ya que el Estado debe cumplir con el requisito básico de la consolidación democrática: brindar a los ciudadanos acceso a la información para fomentar la formación de opiniones y garantizar la libre expresión. Éste debería ser el objetivo de toda política pública. Sin embargo, según el profesor Fernando Ruiz “el objetivo que se propuso el gobierno con la nueva Ley es provocar una guerra mediática”, que estaría dada por intereses políticos.

Muchas conjeturas se tejieron en cuanto al próximo 7 de diciembre, más conocido como 7D. Sin embargo, la verdadera incertidumbre reside en qué ocurrirá al día siguiente, en cómo se llevará a cabo la teoría de aplicación de la Ley. La realidad es que la resolución es incierta, no  existe ningún antecedente internacional en el cual basarse para idear un desenlace. Pero para especular con mayor precisión es necesario comprender el mercado y contexto argentino de la Industria de Contenidos.

La mayoría de los mercados de las Industrias de Contenidos son sensibles a las modificaciones del marco económico y político de su país y la Argentina se caracteriza por ser especialmente sensible y dependiente de dicho marco. A falta de una política pública fuerte y estable en el tiempo, que regule a las Industrias de Contenidos más allá del Gobierno de turno, el mercado de las Industrias de Contenidos es endeble a causa de regulaciones, limitaciones y medidas que varían con frecuencia.

Otra característica propia del país es la baja “cultura de la legalidad”. Fernando Ruiz se refiere con este término a que una cosa es lo que el Estado establece por Ley, pero otra muy distinta es la aplicación de ella. Es decir, existe la mala costumbre por parte de los actores del mercado en considerar que la ley corre por un sendero y la realidad por otro. Y, a su vez, hay una falta de intervención por parte del Estado en garantizar su cumplimiento. “La historia de la intervención estatal en el campo audiovisual está llena de lagunas, opacidades e irregularidades, con una responsabilidad compartida entre empresarios y funcionarios. Y ese es un espacio propicio para que avance un gobierno que puede pretender utilizar la ley con distinta medida para amigos y enemigos”, subraya Ruiz. De esta manera, las empresas no legitiman la Ley y la sanción de ella pierde sentido.  Lo único que garantiza una cultura de la legalidad es que el Estado cumpla y haga cumplir la Ley.