Entrevistadoras: Carvallo-Gutiérrez- Paredes
Osvaldo Nemirovsci (Buenos Aires, 1950) es, probablemente, una de las voces más autorizadas que existen para hablar acerca de la Televisión Digital Abierta (TDA), política pública puesta en marcha en el año 2009 por el Gobierno argentino para dotar a todo el territorio nacional de un sistema público y gratuito de televisión de aire digital de transmisión terrestre y satelital. Este funcionario público coordina el Consejo Asesor, órgano formado por representantes de los distintos ministerios que trabaja en el desarrollo de la implementación del SATVD-T (Sistema Argentino de Televisión Digital Terrestre). Si se destaca algo de la TDA es, precisamente, la perspectiva social desde la que se está abordando. Nemirovsci defiende taxativamente el proyecto en el que está inmerso y repite en diversas ocasiones los valores que lo inspiran: la inclusión social, accesibilidad, gratuidad y federalización.
Digitalizar las redes televisivas de un país tan extenso como Argentina no es una inversión menor. Ya ascienden a 74 el número de estaciones digitales de transmisión con las que se cubre el 82% poblacional. Ante los escasos datos disponibles en la red, Nemirovsci responde que se han invertido en torno a 4.000 millones de pesos en estos cuatro años y medio. La cantidad total, afirma, no se puede estimar, pues se van descubriendo nichos de inversión a medida que se avanza. Tampoco puede contestar con seguridad sobre si se está consiguiendo integrar federalmente las zonas sin acceso a TV analógica, pero destaca que la federalización se quiere alcanzar desde la ubicación ─llegar a zonas sin acceso a televisión─ y desde los contenidos, favoreciendo la producción local.
Otros objetivos que persigue esta política pública son de tipo económico, entre ellos el aumento del empleo y fomento de la industria tecnológica nacional. En este sentido, el funcionario público calcula entre 30.000 y 40.000 puestos de trabajo directos e indirectos creados en dos ámbitos: la industria metalúrgica vinculada al software y la informática (decodificadores, plantas transmisoras, etc.) y la producción de contenidos (animadores, locutores, actores, directores, guionistas, etc.). Asimismo se muestra orgulloso de que Argentina esté exportando tecnología a países como Venezuela.
El principal obstáculo con el que se encuentra la TDA es la creación de audiencia masiva. Así lo afirma Nemirovsci, quien manifiesta la necesidad de un proceso de culturalización de ver una forma diferente de televisión. Asegura que la relación con el sector privado no supone un problema, pues es de cordialidad y colaboración. Y en cuanto a la dificultad que puede suponer la polarización política del país, el coordinador alude al Grupo Clarín diciendo que, a pesar de ser muy combativo con el Gobierno, se encuentra haciendo sus experiencias digitales y ya se le ha asignado la frecuencia para Canal 13. Con respecto a cómo puede perjudicar la TV digital abierta a las operadoras de cable, entre ellas Cablevisión, propiedad de Clarín, el funcionario sostiene que la TV digital no tiene como objetivo que la gente se vaya del cable y que más allá de verse perjudicado, ha crecido un 8% en los dos últimos años.
La gran promesa de esta nueva televisión es, sin duda, la interactividad. Solo gracias a ella se logrará una convergencia real. Con el horizonte situado en el apagón analógico de 2019, admite que a día de hoy el piso de interactividad es bajo, pero confía en que se pueda alcanzar, pues es clave para la democratización de la relación transmisor- receptor. La alta definición queda, para Nemirovsci, como objetivo secundario: prefiere que haya más señales a que se vean mejor, ya que el HD ocupa más espacio que el estándar. En cuanto a los contenidos, almacenados en BACUA (Banco de Contenidos Universales Argentinos), se han invertido aproximadamente 400 millones de pesos y el consejo los alienta de dos maneras: mediante concursos (con el Instituto Nacional de Cinematografía y con el Consejo Interuniversitario Nacional) y la elaboración de contenidos en nueve polos audiovisuales tecnológicos sostenidos económicamente por el Estado.
El reto tecnológico de la TDA se encuentra aún en desarrollo, genera tanto expectativas como desconfianzas y los resultados aún son insuficientes para sacar conclusiones rigurosas. Osvaldo Nemirovsci respalda sin tapujos la labor del Gobierno nacional, es optimista respecto al papel democratizador de la tecnología digital y se perfila como un firme defensor de esta política pública, por los valores en los que se basa y desde el convencimiento de que se trata de un auténtico cambio de paradigma comunicacional y cultural en la manera de consumir televisión.
Entrevista completa: https://www.dropbox.com/s/tr8ynikedrubhsx/Entrevista%20O%20Nemirovsci.pdf